lunes, 27 de enero de 2014


Otro intereresante y controvertido experimento de Masaru Emoto, esta vez con arroz, os invito a que lo intentéis en casa, yo lo he hecho con un resultado inquietante de tres, un consejo, los vasos han de estar más separados y las palabras hay que pronunciarlas cerca del agua y con la voz baja... ya me contaréis.

lunes, 20 de enero de 2014


El pasado día 16 ofrecí la conferencia FUNDAMENTOS METAFÍSICOS DE LA FE dentro del proyecto "Algunas consideraciones sobre el Ente" en el que me encuentro trabajando en estos últimos años. En ella argumenté desde la ciencia más reciente, la mecánica cuántica y más concretamente la teoría "campal o punto cero" como podemos entender nuestra fe y como ésta se encuentra conectada en el campo de información que abarca todo el Universo desde su creación y al propio Creador. Abordé el problema de la consciencia a nivel íntimo de la materia y las recientes controversias sobre el problema del "sostenimiento estructural del Universo". Me serví de ejemplos tanto de la filosofía clásica como de la actual visión metafísica de la Realidad, cité a Platón y su visión sesgada de la Realidad desde la caverna, pasando por Plotino y sus tres hipóstasis: el Uno, el nous y el alma y también a San Anselmo de Canterbury y su principio ontológico donde deconstruye la realidad haciendo un viaje atrás en el tiempo desde el presente hasta el "primer motor", al que se accedería tarde o temprano.

Armado de todo este material abordé el problema de la razón del existir, o sea, la "necesidad real" del Universo para crear vida y mantenerla en forma evolutiva, lo que denominamos principio antrópico (no confundir con principio de entropía: donde todos los sistemas complejos tienden al caos).
Me pareció también necesario explicar detenidamente mi visión actualizada desde la fe cristiana del concepto de Multiverso, para ello me serví de las primeras palabras de Juan 1,1 sobre el Logos (Cristo... el hombre...) y su pre-existencia: antes de cualquier otra cosa, estaríamos hablando aquí de un modelo de materia que tarde o temprano "viviría y pensaría" pasando de la potencia al acto, de la onda a la partícula, siendo la "emergencia" predeterminada de la consciencia.

La sala se llenó tanto qué hubo de traerse sillas para todos, para después y con la mediación de un oportuno refrigerio, poder departir y responder a todas aquellas cuestiones que pudieran surgir.

Personalmente se me hizo corto aunque alguna monjita sucumbió a las artes de Morfeo y cabeceó de forma casi "pneumática", quizás en su ensoñación accediera a la meta-consciencia a la que todos aspiramos y que sin duda algún día regresaremos... sería el "regresar al Padre".








Aquí os dejo este interesante artículo del psiquiatra Gonzalo Haya sobre las ECM y la opinión de uno de sus investigadores más avanzados el cardiólogo Pim Vam Lommel.

¿Puede la física cuántica explicar las experiencias cercanas a la muerte?
El cardiólogo Pim Vam Lommel analiza y especula sobre este extraño fenómeno en su libro “Conciencia más allá de la vida” 

La teoría de Kuhn sobre las revoluciones científicas contempla la aparición de las llamadas “anomalías científicas”. Así parece que habría que calificar hoy las llamadas "Experiencias Cercanas a la Muerte” (ECM), sobre las que se ocupa el cardiólogo holandés Pim Vam Lommel en su libro “Conciencia más allá de la vida”. Durante 25 años, Vam Lommel ha investigado este tipo de experiencias en pacientes recuperados tras un estado de muerte clínica, y a ellas trata el investigador de dar explicación desde la física cuántica. Por Gonzalo Haya.


Durante muchos siglos se pensó que sólo existían los objetos físicos que había descrito la mecánica clásica. Ese mundo clásico estaba regido por la diferenciación de los objetos, su ubicación delimitada en el espacio-tiempo, y el determinismo.

Con el nacimiento de la mecánica cuántica se descubrió la existencia de una realidad profunda de la materia donde regían una serie de incuestionables fenómenos extraños. El mundo psíquico estaba lleno de fenómenos extraños. La conciencia animal y humana es sin duda un fenómeno real, pero extraño.

Para los creyentes, la existencia de Dios como conciencia que llena el fondo del universo es también algo extraño. Existen evidencias de otros muchos otros fenómenos psíquicos extraños que no pueden negarse como tales, pero ante los que la ciencia puede callar (anomalías) o puede intentar emprender una explicación. Pueden aventurarse, como hace Pim Vam Lommel en su libro “Conciencia más allá de la vida” (Atlanta, 2012), explicaciones posibles, aunque arriesgadas, pero que, en el fondo, nos hacen caer en la cuenta del enorme misterio de la realidad que todavía está más allá de cuanto la ciencia puede decirnos.

Pim Van Lommel ha estudiado las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) en la bibliografía actual (75 páginas de notas bibliográficas), en los estudios retrospectivos y en los estudios prospectivos iniciados a pie de cama con todo el protocolo científico.

Reconoce que el título de ECM, que se le ha dado a estas experiencias, no es exacto, porque se presentan las mismas características en otras situaciones en que no se corre peligro, como en experiencias religiosas.

Él mismo habla en algún momento de “experiencias extracorpóreas”, pero prefiere considerarlas “experiencia de Consciencia no local o infinita”, y las considera algo “bastante común”. Consciente de la novedad de su explicación reconoce: “No espero que las nuevas ideas encuentren aceptación inmediata, pero deben ser cuando menos examinadas más de cerca”.

Datos experimentales de las ECM

Algunos pacientes que han sido reanimados después de una muerte cerebral (muerte clínica y legal, encefalograma plano, sin actividad electromagnética ni riego sanguíneo durante más de diez minutos) han contado experiencias que responden a un patrón común, y que resultan inexplicables con el paradigma materialista.

Estas experiencias narran visiones de cosas acaecidas durante su muerte clínica, incluso fuera de la habitación o del quirófano, y es imposible que el paciente pudiera haberlas percibido aun estando consciente.

Un ciego de nacimiento tuvo una experiencia de visión de luces y de personas a las que reconoce. Una mujer conoce a su padre biológico del que nunca le habían hablado y ve allí a otra persona que había muerto mientras que ella estaba en coma. Otros no sólo tienen una instantánea panorámica de su vida sino que tienen una prognosis de su futuro, que luego se confirma.

También se producen experiencias semejantes en estado normal. Es bastante común ver a personas que están a gran distancia, o ver a un familiar o amigo poco después de su muerte; sobre estos fenómenos existen datos estadísticos, denominados “experiencias perimorten o postmortem”. Una mujer vio con uniforme militar a un antiguo amigo sacerdote que le comunicó que había muerto. Después supo que murió como capellán militar. Este tipo de experiencias han sido recogidas por diversas culturas (capítulo V), aunque han sido desestimadas porque no pudieron ser registradas con nuestro aparato científico actual.

Como consecuencia de una ECM, el autor señala una sensibilidad intuitiva agudizada, mayor capacidad de empatía, visión remota, genialidad, influjo de la mente sobre la materia (perturbación no local, psicoquinesia, teleportación), y sueños premonitorios.

Explicación reduccionista del paradigma materialista

La medicina actual mantiene que la Consciencia es una actividad del cerebro. Van Lommel se plantea cómo puede darse una Consciencia –incluso más lúcida que la Consciencia habitual- en una situación de total inactividad cerebral. Considera que las experiencias constatadas son inexplicables con el paradigma materialista, pero que la medicina actual lo acepta como un dogma inapelable.

El autor dedica los capítulos centrales de su estudio a analizar el funcionamiento del cerebro y los protocolos seguidos en las investigaciones de las ECM. Rechaza, en base a experiencias comprobadas, la principal objeción que atribuye estas visiones a la falta de oxígeno en el cerebro.

Tampoco se trata de meras alucinaciones, porque puede comprobarse su adecuación con la situación real que describen y porque provocan un cambio permanente en el sujeto en el sentido de empatía, comprensión y amor incondicional a los demás. Aumentan el sentimiento religioso (la espiritualidad) pero disminuyen el interés por la religión institucionalizada. A consecuencia de una ECM, algunos descubren que tienen poderes curativos.

En el capítulo XI el autor enumera y expone ampliamente las diversas explicaciones de las ECM según los modelos materialistas o los modelos inmateriales. Constata que, aunque expertos en diversas especialidades de medicina o de física superan las explicaciones materialistas, “en el ambiente académico se considera que hay una explicación materialista para todo. Algunos científicos no creen en las preguntas sin respuestas”, y el autor termina definiendo su posición: “Yo me inclino firmemente por el panprotopsiquismo”.

Lo que nos aporta la física cuántica

La explicación presentada por el autor se basa en los estudios cada vez más avanzados de la física cuántica. Nos resulta difícil cambiar la visión del mundo que nos ha inculcado la física clásica, según la cual la realidad percibida en el mundo físico equivale a la realidad objetiva, las cosas se mueven de maneras predecibles dentro de un espacio vacío, y la interacción entre ellas tiene que producirse por un contacto directo.

Los principios de la física cuántica trastocan esta visión del mundo. La esencia de la física cuántica es el principio de incertidumbre. Predice posibilidades, no certezas.

La teoría implica que todos los sistemas materiales (partículas subatómicas, electrones…) tienen entre sus propiedades dos características opuestas, pueden manifestarse como ondas o como partículas. Sucede algo semejante a la información emitida por la radio o la televisión. Los objetos no están aquí o allí, están como ondas en todo el espacio (no están en un sitio concreto) y sólo son localizados en un punto –y su función de onda se ‘colapsa’ en un estado de partícula– cuando el receptor, un observador (el cerebro), los hace presentes.

Antes de ser observada, sólo podemos calcular la probabilidad de que la partícula se encuentre en un punto dado y no podemos saber dónde terminará en realidad (Principio de incertidumbre y ondas de probabilidad). La Consciencia determina de qué modo experimentamos la realidad.

Si tomamos un átomo y lo dividimos en dos, cada parte será homóloga de la anterior y decimos que están “entrelazadas” porque en algún momento pasado han estado en contacto. Si separamos estas partes y actuamos sobre una de ellas, la otra responde instantáneamente de la misma manera.

Por ejemplo si se cambia el sentido de giro de un electrón en una de las partes, cambia de la misma manera el sentido de giro del electrón de la otra parte. Cualquiera que sea la distancia a la que se separen, unos metros o cientos de kilómetros, se cumple el principio de no-localidad (no localización) o acción a distancia.

También se han realizado experimentos aislando en jaulas de Faraday a dos personas, que han estado previamente vinculadas entre sí; al estimular aleatoriamente a uno de los sujetos aislados, se produjeron los mismos efectos en el otro.

Se han documentado pruebas de la resistencia a ciertos antibióticos por parte de variedades de bacterias alojadas en animales que viven en estado salvaje en áreas extremadamente remotas, lo que descarta cualquier contacto con el antibiótico en cuestión. Lo único que podemos suponer es la transmisión de la información a través del espacio no local.

Tenemos pruebas de comunicación instantánea y no local entre la conciencia de un sujeto y sus glóbulos blancos aislados en un medio de cultivo a una distancia considerable en jaula de Faraday (Experiencias de Backster). En algunos transplantes de corazón se ha comprobado que el sujeto receptor puede sentir retazos de sentimientos e ideas propias del donante, porque ese corazón tiene el ADN específico del donante (“memoria transplantada”).

Más aún, se han realizado experimentos en los que un objeto, o un insecto vivo, encerrado en un recipiente de vidrio ha desaparecido sin romper el recipiente y ha sido “teletransportado” a otro lugar; es decir, su función de onda no se materializó ya (no se “colapsó”) en ese recipiente sino en otro lugar. Estos fenómenos constan en el informe de la Fuerza Aérea Norteamericana “Teleportation Physics Study”. Para todo esto es necesario un potente receptor-transmisor de esas ondas.

Durante la guerra fría, la CIA financió una investigación sobre la “visión remota” para obtener datos sobre Rusia. Estas experiencias se han confirmado incluso en sujetos aislados en una jaula de Faraday o en un submarino a 170 metros de profundidad. El “Instituto para la Investigación de Anomalías de Ingeniería de Princeton” ha estimado que la posibilidad de que los resultados de la visión remota fueran mera coincidencia es de una entre mil millones. Algunas visiones han anticipado el descubrimiento de un anillo alrededor de Júpiter o han orientado posteriores descubrimientos arqueológicos. En esta línea habría que entender también la inspiración genial de los artistas y de los inventores.

Aplicación de la física cuántica a la ECM. Explicación del autor

¿Cómo se explica la consciencia durante una ECM? Para Vam Lommel la Consciencia no es producida por el cerebro. “La Consciencia no puede localizarse en ningún lugar, ni siquiera en el cerebro. Es no local (es decir, está en todas partes) en forma de ondas de probabilidad. Por esta razón no puede ser demostrada ni mensurada en el mundo físico”.

El autor sostiene que nuestra Consciencia es una parte de la Consciencia universal no local; una parte en la que, como sucede en las holografías, se encuentra el todo. “Nuestro cerebro funciona como interfaz” entre nuestra Consciencia individual y la Consciencia universal no local; envía y recibe información.

“La Consciencia en vigilia” funciona como corpúsculo de la Consciencia no local (que funciona como onda). En las ECM, cuando el cerebro queda inactivo, se desbloquea el interruptor de entrada y permite el paso de un estado superior de “Consciencia expandida, que atesora tanto información personal como universal”. El cerebro se comportaría como un receptor y como un transmisor de televisión; no produce la imagen sino que la recibe o la emite.

“Cuando el cuerpo muere, la Consciencia no puede seguir comportándose como una partícula... por tanto existirá para siempre en forma de funciones de onda en el espacio no local”.

Profundizando más, el autor se pregunta por el origen de esa Consciencia no local. “La esencia o fundamento de la Consciencia (protoConsciencia) probablemente descansa en el vacío o plenitud del universo, desde donde tiene una conexión no local con la Consciencia en el espacio no local (panprotopsiquismo)”.

Y reseña tres modelos (complementarios) que se han propuesto para explicar el interfaz entre la Consciencia no local y el cerebro; él se decanta por la transferencia de información recíproca mediante la coherencia cuántica del espín con la posible intervención de los fotones virtuales.
Avanzando un paso más en su explicación se pregunta: ¿cómo puede darse la continuidad de la interconexión de la Consciencia no local con un cuerpo continuamente cambiante? El problema se plantea porque cada dos semanas todas las moléculas y átomos de las células de nuestro cuerpo son reemplazadas. ¿Cómo podemos explicar la memoria a largo plazo?

Para Vam Lommel, el ADN es el único elemento permanente de cada célula del cuerpo y debe desempeñar un rol esencial como interfaz para la continuidad de todas las funciones del cuerpo, así como para la interacción entre la Consciencia no local y el cuerpo; especialmente lo que se ha denominado como el ADN basura. También en la epigenética el principio básico es que la función del ADN viene determinada por información externa al propio ADN.

Citando a diversos físicos cuánticos el autor considera que el desarrollo del ADN en los organismos es un proceso cuántico no local, no estadístico y, como tal, incognoscible; al contrario que los procesos mecánicos, estadísticos, predecibles. El ADN funcionaría como una “antena cuántica” para recibir la información almacenada en forma de funciones de onda en el espacio no local.

Y pone el ejemplo de los enjambres de abejas, hormigas, termitas, que funcionan coordinados por la reina, aunque ésta se encuentre aislada de su colonia; pero si la reina muere lejos de su colonia sobreviene el caos y todos los trabajos se detienen. La reina coordina a distancia, de un modo no local, probablemente mediante su ADN. De acuerdo con esta teoría, el ADN no contiene material hereditario pero es capaz de recibir información hereditaria desde la Consciencia no local.

Existe una Consciencia humana universal o colectiva que liga a cada ser humano con cuanto existe, ha existido o existirá y esto se produce por el ADN universal humano con código de acceso compartido (comparable al código de acceso internacional) diferente al de los animales o las plantas. La Consciencia humana compartida es similar al inconsciente colectivo de Jung.

Resumiendo. La Consciencia individual (el sí-mismo) es parte de la Consciencia humana colectiva o universal que trasciende lo individual y conecta a cada individuo, más allá del espacio y del tiempo, con todo cuanto existe, ha existido y existirá (inconsciente colectivo). Esa Consciencia universal recibe diversos nombres como Consciencia no local, Consciencia transpersonal, Consciencia infinita, eterna, unitaria.

“Este vacío absoluto (pleno cuántico), este espacio no local, podría constituir la base de la consciencia”. “Este espacio no local es mucho más que una descripción matemática: es un espacio metafísico en el que la conciencia puede ejercer su influjo”. “Hay quien no aprueba este punto de vista, pero sin duda merece la pena explorarlo con más detalle”.

La investigación de la ECM no nos proporciona pruebas científicas de que, después de la muerte, pasemos a formar parte de la Consciencia infinita no local, pero sí ha demostrado que se puede experimentar la Consciencia independientemente del cuerpo, sin función cerebral. “Tenemos un cuerpo, pero somos Consciencia”.

Reflexión filosófico-teológica

Esta obra de Vam Lommel puede estimular una reflexión filosófica y teológica ya que, como decía Max Born, “La física teórica es en realidad filosofía”. La física cuántica tiene un precedente filosófico en el noumenon de Kant. La Consciencia infinita de Vam Lommel hace pensar en las ideas platónicas, expresadas en el mito de la caverna.

¿En qué consiste la realidad? Van Lommel nos dice que la realidad está en la ondas de la Consciencia no local o, quizá, más allá en la protoConsciencia, el vacío absoluto o plenitud, agujero negro de la energía, del que proceden las ondas de la Consciencia no local que capta nuestro cerebro. Esta explicación viene a coincidir con la intuición que había sido desarrollada de algún modo, desde hace milenios, por la filosofía oriental, los chamanes y la mística cristiana.

¿En qué consiste nuestra orgullosa individualidad? Si nuestra Consciencia se basa en la Consciencia no local, sin ella, ¿se perdería nuestra memoria? ¿Se perdería la coordinación y la directriz en el desarrollo de nuestras células que se renuevan continuamente? El yo, ¿puede aislarse del nosotros o del universo? ¿Quién soy yo? Ya Angelus Silesius en el siglo XVII había reconocido que “no sé quién soy. No soy lo que sé”.

La ciencia, tras largo y laborioso trabajo de análisis, está llegando a lo que había percibido la intuición filosófica –la intuición artística o la religiosa- y que había expresado mediante los mitos.

También la teología cristiana quedó encapsulada desde el principio en la racionalidad griega y se ha replegado después a la defensiva, temerosa del racionalismo científico de la Ilustración. Ambos nos han aportado mucho, pero vamos “Hacia un tiempo de síntesis” (Javier Melloni) de la cultura oriental y occidental. Quizás ahora la teología encuentre en la física cuántica una comprensión realista de “el cuerpo místico” y vuelva al mensaje del evangelio que, antes que “logos”, es “vida”.

Quizás las curaciones que realizaba Jesús fueran el efecto de su potente interfaz emocional que le conectaba con la Consciencia infinita. Quizás la fe profunda –así como el “go for it” de la “Programación Neurolingüística”– pueda mover montañas. Quizás la resurrección de Jesús –y la nuestra– sea la permanencia en la Consciencia no local. Quizás el intenso amor de María Magdalena potenció su interfaz para sentir la presencia del resucitado. Quizás el vacío absoluto –campo unificado, campo punto cero, éter, Consciencia cósmica– coincida con la plenitud de la energía, con la matriz divina, con la “dynamis tou Theou” (la energía de Dios), con el Espíritu Santo, con el inabarcable Dios.


Artículo elaborado por Gonzalo Haya, médico y psiquiatra ha comentando el libro de Pim Vam Lommel “Consciencia más allá de la vida”.

Vibraciones cuánticas neuronales respaldarían la existencia de una conciencia pre-exitente en toda la materia
Roger Penrose y Stuart Hameroff defienden que la ciencia ha demostrado la conexión entre el cerebro y una estructura cuántica ‘proto-consciente’ de la realidad (Fuente: T21, Physics of Life Reviews (2013). DOI: 10.1016/j.plrev.2013.08.002)

¿Evolucionó la conciencia a partir de procesos complejos entre las neuronas del cerebro –como defienden la mayoría de los científicos- o la conciencia es “previa” a los procesos del cerebro –como señalan las corrientes espirituales-? En los años 90 del siglo XX, los científicos Roger Penrose y Stuart Hameroff publicaron una teoría que vinculaba la actividad neuronal con la escala cuántica o subatómica. Ahora revisan su hipótesis, a raíz de descubrimientos científicos que podrían demostrar la conexión entre el cerebro y una estructura cuántica ‘proto-consciente’ de la realidad.

En los años 90 del siglo XX, dos científicos, Sir Roger Penrose (Profesor Emérito de Matemáticas en la Universidad de Oxford) y Stuart Hameroff‎ (anestesista y profesor de la Universidad de Arizona) hicieron pública una teoría que señalaba que la conciencia se deriva de la actividad de las neuronas del cerebro en la escala más mínima, la escala cuántica o subatómica.

La así llamada hipótesis de Reducción Objetiva Orquestada (“Orch OR”) proponía, más concretamente, que la consciencia depende de procesos cuánticos biológicamente orquestados (es decir, trabajando sincronizadamente) en series de microtúbulos situados dentro de las neuronas del cerebro. Los microtúbulos son componentes principales de toda estructura celular.

También señalaba que dichos procesos cuánticos regulan la membrana y la sináptica neuronales –la actividad normal de las neuronas-; y que la evolución de cada uno de ellos culmina gracias a la llamada “Reducción Objetiva”, un concepto estrechamente vinculado al colapso de la función de onda‎ de la mecánica cuántica.

Actividad cuántica en microtúbulos demostrada

Desde su publicación, la Orch OR fue muy criticada porque se consideraba que no explica cómo surge la experiencia subjetiva y, por tanto, sustituye un misterio por otro. También porque se piensa que el cerebro es demasiado “caliente, húmedo y ruidoso” como para albergar procesos cuánticos, publica la revista Physorg.

Pero estudios recientes han señalado que los delicados procesos cuánticos sí se dan en la biología, por ejemplo, en sistemas y procesos como la fotosíntesis de los vegetales, la orientación de los pájaros, el olfato o los microtúbulos cerebrales.

Teniendo en consideración estos resultados, recientemente, Penrose y Hameroff han publicado en la revista Physics of Life Reviews una serie de revisiones (ver referencias bibliográficas) sobre su teoría. Sobre todo a partir del descubrimiento de vibraciones cuánticas a temperaturas cálidas en los microtúbulos del interior de las células cerebrales. Una prueba que, según ellos, corrobora su hipótesis.

Este hallazgo fue realizado por un grupo de investigación dirigido por Anirban bandyopadhyay, del Instituto Nacional de Ciencias Materiales del Tsukuba, Japón (aunque actualmente trabaja en el MIT). Bandyopadhyay se ha dedicado intensamente a la investigación de los microtúbulos, reproduciendo en el laboratorio su forma de actuar.

Asimismo, el investigador Roderick G. Eckenhoff‎, de la Universidad de Pennsylvania (EEUU), ha hecho algunos descubrimientos en laboratorio que sugieren que la anestesia, que borra de manera selectiva la conciencia al tiempo que mantiene las actividades cerebrales no-conscientes, actúa a través de los microtúbulos de las neuronas del cerebro.

Penrose y Hameroff sugieren en su revisión que las ondas cerebrales también se derivarían de las vibraciones profundas a nivel de los microtúbulos y que, desde un punto de vista práctico, el tratamiento de las vibraciones de los microtúbulos cerebrales podría mejorar condiciones mentales, neurológicas y cognitivas.

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Unión entre cuántica y biología

El estudio a escala subatómica del cerebro que realizan Penrose y Hameroff parece buscar, en última instancia, la respuesta a la siguiente cuestión: ¿Evolucionó la conciencia a partir de procesos complejos entre las neuronas del cerebro –como defienden la mayoría de los científicos- o la conciencia es “previa” a los procesos del cerebro –como señalan las corrientes espirituales-?

Según los científicos, “nuestra teoría se acomoda a ambas perspectivas”, porque sugiere que “la conciencia se deriva de las vibraciones cuánticas de los microtúbulos”, unas vibraciones que “gobiernan la función neuronal y sináptica”, pero también “conectan los procesos cerebrales a procesos de auto-organización a escala fina, a la estructura cuántica ‘proto-consciente’ de la realidad”.

Como ha explicado el investigador Manuel Béjar, -especialista en la conexión entre física y conciencia en Roger Penrose (y David Bohm)-, la conciencia, la mente y el psiquismo han sido temas generalmente estudiados por los filósofos de la mente y relegados tácitamente del estudio científico, por su afinidad con lo espiritual.

Pero Penrose ha destinado las últimas décadas al estudio de un modelo físico de la conciencia, sentando las bases de una biofísica cuántica de la mente que unificaría una realidad con tres dimensiones: matemática, física y psíquica.

jueves, 16 de enero de 2014

Detectan un planeta orbitando alrededor de una estrella que es gemela del Sol
Se encuentra en el cúmulo estelar Messier 67, en la constelación de Cáncer (fuente: ESO)

El buscador de planetas HARPS de ESO ha permitido descubrir tres planetas orbitando estrellas, en el cúmulo estelar Messier 67, situado en la constelación de cáncer. Uno de ellos se mueve alrededor de un gemelo solar, una estrella que es casi idéntica al Sol en todos sus aspectos, algo muy poco común.

Los astrónomos han usado el buscador de planetas HARPS de ESO (Observatorio Austral Europeo), situado en Chile, en conjunto con otros telescopios alrededor del mundo, para descubrir tres planetas orbitando estrellas en el cúmulo Messier 67.

A pesar de que actualmente se han detectado más de mil planetas fuera del Sistema Solar, sólo un puñado de ellos ha sido encontrado en cúmulos estelares. Notablemente, uno de estos nuevos exoplanetas está orbitando una estrella que es un gemelo solar (una estrella que es casi idéntica al Sol en todos sus aspectos), algo muy poco común.

Ahora ya se sabe que los planetas que orbitan estrellas fuera del Sistema Solar son bastante comunes. Estos exoplanetas se han encontrado orbitando estrellas de una amplia gama de edades y composiciones químicas y están dispersos en los cielos.

Sin embargo, hasta ahora, muy pocos planetas han sido descubiertos dentro de cúmulos estelares. Esto es particularmente extraño, ya que es sabido que las estrellas nacen en cúmulos. Los astrónomos se han preguntado acaso existe algo peculiar acerca de la formación de planetas en cúmulos estelares que pudiera explicar esta curiosa escasez.

Anna Brucalassi (Instituto Max Planck para Física Extraterrestre, Garching, Alemania), autora principal del nuevo estudio, y su equipo, deseaban investigar más a fondo. “En el cúmulo estelar Messier 67, todas las estrellas tienen aproximadamente la misma edad y composición que el Sol. Esto proporciona un perfecto laboratorio para estudiar cuántos planetas se forman en un ambiente tan aglomerado, y si acaso se forman principalmente alrededor de estrellas más masivas o menos masivas”, señala en la nota de prensa de ESO.

El equipo utilizó el instrumento buscador de planetas HARPS, del Telescopio de 3,6 metros de ESO, en el Observatorio La Silla. Estos resultados fueron complementados con observaciones desde varios otros observatorios alrededor del mundo. Se observaron cuidadosamente 88 estrellas seleccionadas en Messier 67 durante un periodo de seis años para observar los pequeñísimos movimientos indicadores de acercamiento y alejamiento desde la Tierra, que revelan la presencia de planetas orbitando.

Este cúmulo yace aproximadamente a 2.500 años luz, en la constelación de Cáncer (El Cangrejo) y contiene alrededor de 500 estrellas. Muchas de las estrellas del cúmulo son más tenues que aquellas normalmente seleccionadas para la búsqueda de exoplanetas y, al intentar detectar las señales débiles de posibles planetas el instrumento HARPS fue exigido al límite.


Se descubrieron tres planetas: dos orbitando estrellas similares al Sol, y uno orbitando una estrella gigante roja, más masiva y evolucionada. Respecto a los dos primeros planetas, ambos tienen aproximadamente un tercio de la masa de Júpiter y orbitan sus estrellas anfitrionas en siete y cinco días respectivamente. El tercer planeta tarda 122 días en orbitar su estrella anfitriona y es más masivo que Júpiter.

Esta tasa de detección de 3 planetas en una muestra de 88 estrellas en Messier 67 es cercana a la frecuencia promedio de planetas alrededor de estrellas que no pertenecen a cúmulos.

Se comprobó que el primero de estos planetas se encontraba orbitando una estrella notable: uno de los gemelos solares más idénticos detectados hasta la fecha y que es prácticamente idéntico al Sol. Es el primer gemelo solar en un cúmulo que se haya descubierto conteniendo un planeta.

Dos de los tres planetas son “Júpiteres calientes” – planetas comparables a Júpiter en tamaño, pero mucho más cercanos a sus estrellas anfitrionas y, por lo tanto, mucho más calientes. Los tres planetas están más cercanos a sus estrellas anfitrionas que la zona habitable, donde podría existir agua en estado líquido.

“Estos nuevos resultados demuestran que los planetas en cúmulos estelares abiertos son casi tan comunes como los que se encuentran alrededor de estrellas aisladas – pero no es fácil detectarlos”, afirma Luca Pasquini (ESO, Garching, Alemania), co-autor del nuevo artículo científico. “Los nuevos resultados contrastan con trabajos anteriores que no lograron encontrar planetas en cúmulos, pero concuerdan con otras observaciones más recientes. Continuamos observando este cúmulo, para descubrir cómo las estrellas con y sin planetas difieren en masa y composición química”.

HARPS, explica el físico Alberto Molino, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, es un espectrógrafo de alta resolución, "y por tanto, no toma imágenes directamente. Además, los planetas en otras estrellas raramente se pueden ver a simple vista, porque son demasiado pequeños". Su presencia se detecta por el efecto gravitatorio que inducen sobre la estrella que los alberga. De ahí el uso de la espectroscopía, que es muy sensible a la variación de la frecuencia de la luz debida al movimiento relativo Tierra-Estrella (efecto Doppler).


domingo, 12 de enero de 2014

El próximo jueves 16 de enero a las 16h ofreceré una nueva conferencia titulada: FUNDAMENTOS METAFÍSICOS DE LA FE. Pensada para el personal socio-sanitario de nuestros centros de la CSSCC (centros socio-sanitarios católicos de Catalunya) que congregan a más de 75 centros hospitalarios de otras tantas congregaciones religiosas. La dirección, para todos aquell@s que estéis interesad@s en asistir, es el aula de formación de CSSCC en la Pl. Urquinaona, 11, 3º- 1ª de Barcelona.
La entrada como siempre es libre y gratuita.

martes, 7 de enero de 2014

Algunas consideraciones sobre el Ente (II)
Una revisión a Plotino. Por Joan Salas

En ocasiones es necesario volver la vista atrás para recordar como los clásicos ya intuyeron de forma genial lo que hoy nos dice básicamente la física cuántica y por tanto la metafísica actual, entendida aquí cómo ya indiqué, cómo forma moderna o trascendental de física más que cómo filosofía pura.
Plotino (205-270 DC) fue un brillante filósofo romano, su obra más destacada son las Eneádas, unos tratados filosóficos muy influyentes para la cultura de Occidente y la historia de su pensamiento.

Los postulados que nos interesan en este artículo son su conceptos básicos metafísicos, o su visión sobre la existencia metafísica del Ser y de las cosas en general, para este pensador el Ser está compuesto por tres hipóstasis: el Uno, el "nous" y el alma.
El Uno sería la principal hipóstasis, conceptualmente se trataría de la base creadora o Dios, Plotino no era cristiano por lo que sus aportaciones en este sentido son intrínsecamente válidas por cuanto no se sustentan en una u otra fe, si no que vienen avaladas por su propia intuición o percepción del mundo y del Ser en si. Tanto el "nous" como el alma, serían derivadas del Uno, el "nous" representa la mente, el pensamiento del ser, y el alma es básicamente un concepto neoplatónico de la misma, la esencia del ser.

En física y sobretodo en su "teoría campal", el concepto de "campo" (de información pura añado) sería en Plotino el Uno, el "nous" o mente, equivaldría a la conciencia y el alma a la cualidad entitativa del Ser. Las dos últimas dependerían como en Plotino de la primera por cuanto no es posible qué exista nada ajeno al campo de información.

Hemos de realizar en este punto una consideración si no queremos caer en un panteísmo novedoso: el "campo" en sí no es Dios, es donde reside toda la información posible del Universo, por tanto donde también está contenida la "información de Dios" pero repito: sin ser Dios mismo.

San Ambrosio de Milán, en una de sus homilías, parafraseando a San Pablo, nos dice: "Dios creó al hombre a su imagen y semejanza pero no debemos caer en el error de pensar que Dios tiene piernas o brazos como nosotros, si no qué nos creó a imagen suya por cuanto que somos creaciones capaces de amar, de pensar y de actuar como dioses."La información de Dios está en nosotros, pero nosotros no somos Dios, somos como Dios, qué es muy diferente.

Plotino o San Agustín de Hipona, pasando por San Ambrosio entre otros, ofrecieron a nuestro pensamiento las herramientas básicas para formular los postulados que dos mil años más tarde nos han conducido a observar al Universo con los ojos de la mente, la fenomenología del Colapso de Función de Onda, que ya expliqué en anteriores entradas, definen la verdadera naturaleza de la creación y su "libre albedrío". Todo puede darse en la misma, dentro de lo contenido en el "campo de información" que como también indiqué, se encuentran potencialmente "todas" las posibilidades posibles de realización del Ser, aunque no infinitas posibilidades posibles, los imposibles incoherentes no pueden darse, como tampoco pueden darse realizaciones ajenas al "campo" o al "Uno" o a Dios, por ser éste "ipsum esse per se subsistems" esto es: Existente por si mismo.
Resumiendo, el "todo" depende del Uno sin el Uno el "todo" no existe.




domingo, 5 de enero de 2014


La física teórica mejora los simuladores cuánticos
Un investigador de la UPV determina en qué condiciones los átomos de tipo bosón y los de tipo fermión –determinantes del comportamiento cuántico- pueden mezclarse 
(Fuente: Basque Research)

Los experimentos que se llevan a cabo con átomos fríos son muy importantes para entender la física cuántica porque permiten observar directamente los efectos cuánticos. Por eso a los átomos fríos se los conoce también como “simuladores cuánticos”. Pero la realización de estos experimentos es muy complicada. Por suerte, el trabajo teórico de un físico de la Universidad del País Vasco ha permitido establecer bajo qué condiciones los átomos bosónicos y los fermiónicos –determinantes del comportamiento cuántico de las partículas- pueden mezclarse a muy baja temperatura. El avance ayudará a comprender los efectos especiales derivados de las interacciones atómicas.

Eneko Malatsetxebarria, doctor en física por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha investigado a nivel teórico algunos efectos cuánticos que se dan en átomos a muy baja temperatura. Así, ha descubierto, por un lado, que átomos de tipo bosón y átomos de tipo fermión pueden mezclase de determinada manera.

De ese modo, ha puesto en manos de los físicos experimentales las condiciones necesarias para llevar a cabo dichos experimentos. Por otra parte, Malatsetxebarria ha deducido como influirían los fermiones en los bosones en ese caso.

Los experimentos que se llevan a cabo con los átomos fríos son muy importantes para entender la física cuántica. De hecho, dan opción de observar directamente los efectos cuánticos. Precisamente por eso, a los átomos fríos se les denomina simuladores cuánticos.

En palabras de Eneko Malatsetxebarria, físico que ha hecho la tesis en ese campo en el Donostia International Physics Center (DIPC) y el Centro de Física de Materiales, “es una herramienta muy poderosa para entender el comportamiento de la materia condensada. No es como antes, que los efectos cuánticos eran algo que sucedía en una caja negra; ahora somos capaces de manipular los átomos casi como queremos, y observar los efectos cuánticos”.

En cualquier caso, los experimentos con átomos fríos son complicados. Hay que enfriar átomos de gas alcalinos hasta cerca del cero absoluto (–273,15 ºC), y para ello se necesitan equipamientos y técnicas muy complejas que dispongan de láser y trampas magnéticas. Y eso resulta muy costoso. “En todo el mundo habrá como máximo 30 laboratorios que hacen esos experimentos al más alto nivel”, añade Malatsetxebarria en un comunicado emitido por Basque Research.

Es por eso que en este campo resulta de vital importancia hacer investigaciones teóricas. Sirviéndonos de las herramientas teóricas de la física cuántica, se pueden investigar campos que van más allá de los obstáculos técnicos de los experimentos, y así entender los efectos especiales que surgen de la interacción de los átomos.

Este ha sido el campo de trabajo de Malatsetxebarria, y de Miguel Angel Cazalilla, director de su tesis. Han estado en relación con grupos experimentales de Alemania y Japón, y basándose en trabajos de esos investigadores, han hecho propuestas para nuevos experimentos.

La importancia de la geometría

En primer lugar han determinado en qué condiciones pueden mezclarse los átomos bosónicos y los fermiónicos. Se puede decir que cuando se tienen en cuenta los efectos cuánticos, las partículas elementales son de dos tipos: bosones y fermiones.

Al estar los átomos compuestos de esas partículas, en combinaciones distintas, serán también de uno u otro tipo, bosónicos o fermiónicos, y en consecuencia tendrán distinto comportamiento cuántico. Hasta ahora se han hecho muy pocos experimentos mezclando bosones y fermiones.

“A veces son como el agua y el aceite, y no se mezclan; otras veces, la fuerza de atracción es demasiado grande, y el sistema se colapsa”, señala Malatsetxebarria. En un artículo de Physical Review demostró en qué condiciones se pueden mezclar. En el sistema que analizó en dicha publicación, los bosones se encuentran en una única dimensión, como una fila de canicas; mientras que los fermiones lo hacen en tres dimensiones, a modo de nube.

La elección de esa geometría no es aleatoria. Al pasar de una a tres dimensiones, la interacción entre los átomos es cualitativamente distinta también a nivel cuántico, razón por la que también los grupos experimentales han reconocido su importancia al investigar dichos sistemas.

Llegados a ese punto, el siguiente paso fue investigar el efecto que pudieran tener los fermiones sobre los bosones. Si representamos los bosones que se encuentran en una única dimensión a modo de canicas dentro de una nube, pueden suceder dos cosas. En un caso, las canicas no podrán moverse. Como mucho vibrarán un poco, golpearán al que se encuentra al lado, y continuarán en el mismo lugar. Es el estado aislante.

“Es lo que sucede con la electricidad: si los electrones se mueven, tienes corriente; si no se pueden mover, tienes un aislante. Aquí tenemos lo mismo, pero con átomos”, señala Malatsetxebarria. Pero también puede suceder algo que va contra la intuición: “es posible que los átomos salten; entonces surge una especie de fluido. En ese estado, no tenemos átomos sueltos unos al lado de otros, sino una masa que fluye. A ese estado le denominamos superfluidez”.

Puede haber esos dos estados en una única dimensión. Y experimentalmente, ajustando los láser, también se puede pasar de un estado a otro. Los investigadores de la UPV/EHU han analizado precisamente esa fase de transición. “Queríamos saber si al añadir fermiones la fase del límite iba hacia un lado o hacia el otro”, explica Malatsetxebarria.

Técnica con mucha base matemática

Hasta ahora se ha utilizado el método de la teoría del campo medio para analizar estos sistemas; pero los investigadores de la UPV/EHU vieron que no era suficiente para conseguir resultados fiables. Según Malatsetxebarria, “por ejemplo, en dos artículos que investigaban el efecto de los fermiones sobre los bosones, utilizando ese método obtuvieron resultados opuestos”. “Nosotros utilizamos otra técnica, más compleja, con mucha base matemática: la teoría de los grupos de renormalización. Y observamos que el efecto principal de los fermiones era que aumentaban el estado superfluido”.

Es lo que sucede cuando los fermiones se encuentran en tres dimensiones y los bosones en una. En opinión de Malatsetxebarria, sucedería algo similar al screening o apantallamiento de los electrones en los sólidos. “En estado sólido, es posible que haya un electrón entre los núcleos de los átomos. Al ser los electrones de carga negativa y los núcleos de positiva, los electrones debilitan la interacción entre ambos núcleos. Aquí sucede algo parecido, tenemos interacción entre bosones, y la nube de fermiones la debilita; luego aumenta la fluidez”.