jueves, 19 de diciembre de 2013


La musica de las galaxias
Astrofísicos del IAC encuentran un patrón de resonancias en las ondas de densidad del universo (Fuente: IAC)

Las galaxias están recorridas por ondas que se propagan en círculos concéntricos en forma de espiral. Ahora, un equipo de astrofísicos del IAC ha descubierto, en un centenar de galaxias espirales, que existen más ondas de densidad que las que la teoría predice, y que éstas se relacionan entre sí con un complejo patrón de resonancias, orquestando así una auténtica ‘música galáctica’.


Las galaxias están recorridas por ondas que se propagan en círculos concéntricos en forma de espiral. Como si de un lago se tratara, como las ondas que se forman en las cuerdas de un violín o en la superficie de un tambor, si escogemos la metáfora musical. Son las llamadas ondas de densidad.

Astrofísicos del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) han descubierto en un centenar de galaxias espirales que existen más ondas de densidad que las que la teoría predice y que se relacionan entre sí con un complejo patrón de resonancias que orquestarían la 'música de las galaxias'.

Los investigadores del IAC Joan Font Serra y John Beckman han estudiado los campos de velocidad [el conjunto de las velocidades de toda la materia dentro de una galaxia] de más de cien galaxias, con el objetivo de encontrar evidencia científica sobre las ondas de densidad, y de medir con precisión a qué velocidad se propagan. Estas ondas constituyen líneas de mayor densidad del material estelar que se propagan por el disco de la galaxia en forma de espiral.

Hasta ahora, la teoría había descrito en cada galaxia con brazos la existencia de una onda de densidad con sus resonancias. Muchas galaxias espirales contienen, además de brazos, organizaciones de estrellas en línea recta llamadas barras. Para estas galaxias, la teoría predecía la existencia de dos juegos de ondas, uno en la parte interior de la galaxia que contiene la barra y otro que ocupa el disco exterior con sus brazos.

Ondas orquestadas

En este estudio, sin embargo, los astrónomos encontraron para su sorpresa más de dos anillos de ondas de densidad en casi todas las galaxias analizadas: el número hallado con más asiduidad fue cuatro, aunque han llegado a detectar hasta siete.

Pero no solo esto. Los autores del trabajo, que se publicará en The Astrophysical Journal Supplement Series, descubrieron también que existe un sistema de dinámicas entre las ondas, relaciones entre ellas que responden a un patrón complejo de resonancias.

“Estos patrones vinculan por pares los diferentes anillos de resonancia: el segundo con el cuarto, el primero con el quinto, el tercero con el cuarto, etc. Difieren de galaxia en galaxia, pero se dan en casi la totalidad de ellas. La mayoría contienen uno de estos patrones, pero hay discos con dos, tres, e incluso en un caso, cuatro”, detalla Beckman.

“Si pensamos en las ondas de densidad como las ondas que recorren un instrumento que vibra, en cada galaxia 'sonaría' una sinfonía distinta. Es decir, las ondas no resuenan de forma caótica o aleatoria, sino que responden a un patrón: existe una orquestación en la música de las galaxias”, ilustra Beckman.

Para llegar a estas conclusiones, los astrónomos usaron un nuevo método y un instrumento propio, el interferómetro GHaFaS, instalado en el telescopio William Herschel, en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma.

GHaFaS es capaz de medir todo el campo de velocidad de una galaxia a la vez, usando la emisión de luz de su hidrógeno ionizado. Al tiempo, el nuevo método, ideado por los investigadores del IAC, está basado en la medición de los radios de aquellos círculos o anillos claves de las resonancias.

Las dos paradojas de las galaxias espirales

Se podría decir que una galaxia espiral vista de lado tiene la forma de un huevo frito, con un bulbo en el centro y un disco fino que se extiende hacia afuera. Los discos albergan los brazos espirales, que resplandecen con la luz de millones de estrellas azules, las de mayor masa y las más jóvenes. Hace ya décadas que los astrofísicos se dieron cuenta de dos paradojas sobre estos brazos.

Según explica Beckman, “las galaxias espirales son como enormes ruedas de Santa Catalina, los fuegos artificiales que giran alrededor de un clavo, que sirve como su eje de rotación. Pero no son sólidas, consisten en miles de millones de estrellas. Al medir sus velocidades de rotación, lo esperable es que los brazos se enrollaran sobre sí mismos en un par de rotaciones de la galaxia y desapareciesen. Pero la gran mayoría de las galaxias con discos tienen brazos, estos no han desaparecido”.

Ésta es la primera paradoja. La segunda es que las estrellas azules masivas tienen vidas del orden de diez millones de años, o menos, mientras las galaxias tienen vidas de varios miles de millones de años. ¿Cómo pueden existir las estrellas azules masivas en los brazos de tantas galaxias?

Las respuestas a las dos paradojas se encuentran en la teoría de las ondas de densidad. “Existen ondas de forma espiral que giran en los discos de las galaxias, que mantienen los brazos en su forma, y que provocan la formación casi continua de nuevas estrellas azules masivas, nutriendo los brazos así continuamente”, aclara el astrofísico del IAC.

En la zona a la que llega la onda de densidad, el gas se comprime, por lo que se produce el nacimiento de nuevas estrellas, dada la abundancia de hidrógeno disponible en el material interestelar.

“Con este trabajo, podemos explicar más sobre el comportamiento de estas ondas, relacionarlas con otras variables observables, como la forma de los brazos, la distribución de la luz en los discos o la presencia de anillos de estrellas en algunos discos. Y ofrecemos datos más útiles a la siguiente generación de teorías”, resume Beckman.

martes, 17 de diciembre de 2013


He leído el presente artículo del psicólogo gestáltico Sinesio Madrona y quiero compartirlo con todos, si bien no estoy de acuerdo en todos sus puntos, opino que ofrece una visión de la evolución de la especie humana y su consiguiente percepción relacional con el entorno que resulta muy interesante.


La paradoja como medio de comprensión: ¿nueva fase de la conciencia humana?
La realidad pasaría a ser “esto-y-lo-otro” en una etapa transpersonal del desarrollo de nuestra especie (Fuente: T21)

La especie humana, como cada ser humano, vive un desarrollo marcado por varias fases. En la etapa prepersonal (de la primera infancia o de las culturas sociocéntricas), no hay separación entre el yo y los otros; en la etapa personal –en la que se encuentra la cultura moderna- se desarrolla la dualidad, el individualismo y la competitividad. En la actualidad, sin embargo, se está desarrollando una fase de unidad-dual que nos permite comprender con una lógica paradójica: por ejemplo, el yo como parte de un todo o la naturaleza onda-partícula de todas las cosas. La realidad pasa a ser “esto-y-lo-otro”. Por Sinesio Madrona.

Más allá de las pretensiones científicas, siempre discutibles, de algunas psicologías como el Conductismo se encuentra la discreta Psicología Evolutiva (Monedero, 1982) que, sin pretensiones, como cualquier otra ciencia naturalista en sus primeras fases, es una descripción simple y directa del objeto de su estudio. Sigue un proceso similar al del naturalista que describe y cuenta el número de pétalos que tiene una rosa o los comportamientos de alguna especie animal.

La Psicología Evolutiva no es una teoría de la conciencia, como las muchas que ha expuesto, entre otros, el neurólogo Francisco Rubia, sino una descripción de los procesos de desarrollo humano a todos los niveles: físicos, comportamentales, emocionales, mentales, sociales... que llevan a esa conciencia.

Por sí sola esta información ya es relevante. Empezar por lo más sencillo y directo siempre puede ser aclarador, sobre todo si nos describe qué hay en nuestra naturaleza que nos hace tan propensos a los debates y qué significado tiene ese factor en nuestro desarrollo.

La Psicología Evolutiva aceptada académicamente nos describe dos fases fundamentales en el continuo del desarrollo de la dualidad. Entre los dos-tres años tiene lugar la aparición de una primera fase en la concepción dual de la realidad (niños y niñas, papás y mamás...) y, al mismo tiempo, germina la capacidad de simbolización [1] en la mente humana (ya antes de esa fecha la dualidad está presente en la conducta del bebé, pero es inconsciente de ella). Gesell (1940) nos describe que la vida se constituye para el niño en una calle de dos direcciones.

Posteriormente, a los 10-12 años, según Piaget (1926), se produce una ‘fase de las operaciones abstractas’, y se desarrolla la lógica abstracta [2]. Esta fase prepara al ser humano para hacer operaciones con los símbolos, y se apoya en la capacidad simbólica desarrollada en la fase anterior.

En una tercera fase, descrita sólo por la así llamada ‘psicología transpersonal’ y no admitida por completo –por lo que se verá más adelante– en los medios académicos, se puede desarrollar la lógica paradójica [3].

La paradoja como medio de comprensión

Para desarrollar la lógica abstracta, rasgo especialmente característico de la especie humana, hay que hacer ya un esfuerzo educativo, lo que no siempre ocurre, o cuando sucede no lo hace plenamente.

Con la lógica paradójica ocurre otro tanto. Así, el acceso a esta forma de pensamiento es todavía más restringido (de ahí su obstáculo para la aceptación académica). Esta circunstancia es la base de la dificultad de comprender tanto la dualidad onda-partícula, en la materia, como cualquier otra dualidad presente en la psique del individuo y de la sociedad.

La comprensión de la realidad se torna así, tanto individual como colectivamente, un esfuerzo de evolución consciente y voluntaria. Un esfuerzo hacia una creciente mayor complejidad en la interpretación de la realidad y del papel que nos implica en ella. Sin voluntad de entendimiento de lo opuesto no hay evolución ni personal ni social. Lo opuesto nos complementa y sin esa completitud la conciencia de nuestra realidad es parcial.

La lógica paradójica nos permite entender, sin confusiones ni asombro, la naturaleza de la unidad de la dualidad (ying-yang; tesis-antítesis; Unidades Duales Opuestas, Medina 2012 [4]; La unidad en la dualidad, Madrona 2012 [5]).

La concepción de campo en sociología (Lewin, 1951) y la psicología gestalt (Perls, Hefferline y Goodman, 1951), así como el estudio del proceso recursivo de segundo orden en epistemología nos posibilita comprender de una manera compleja el papel de la dualidad-unidad en nuestra vida y en la concepción de la realidad. La paradoja se presenta así como el ladrillo con el que construimos una epistemología más abarcadora (Keeney, 1983, Estética del cambio).

Esta comprensión nos facilita entender tanto la dualidad-unidad onda-partícula en un extremo de la materia, como el concepto de self (el ‘yo’ no como una entidad sino como una función de campo; es decir como una función ‘unidual’ organismo-entorno) en el otro extremo de la conciencia.

Materia y conciencia, materia y mente o cerebro y mente (Peat, 1987), también forman unidad-dual, por ello lo que descubramos o entendamos en una nos ayudará siempre a entender la otra, y viceversa.

La etapa prepersonal

Al desarrollo de la dualidad está unido el concepto del yo, el pensamiento objetivo, la ciencia y la tecnología, la individualidad, el autoapoyo y un largo etc. El desarrollo del autoconcepto, del yo, se logra para la conciencia (se comienza, pues es un proceso interminable) al mismo tiempo que la fase de las operaciones abstractas.

Para lograr ambas se tiene que producir un descentramiento afectivo que saca al niño de su confusión, por ejemplo, entre la naturaleza de los objetos y el nombre que los denomina (el niño descubre que lo que es fuerte es el trueno, no la palabra que lo nombra, Piaget, 1926).

Se produce una división epistemológica en su mente y en sus emociones que le permite el acceso a las operaciones abstractas y lo saca al mismo tiempo de su confusión entre sí mismo y el otro. Así pues, la conciencia del yo va unida a la capacidad de abstracción.

El descubrimiento de la dualidad es, pues, un rasgo de la especie humana y un logro de su desarrollo. Las culturas sociocéntricas (Rubia) están en una fase anterior de ese desarrollo.

Según la psicología transpersonal, este desarrollo tiene básicamente tres fases (Wilber, 1977, 1983): prepersonal, personal y transpersonal. Estas denominaciones significan respectivamente, para lo que nos interesa aquí: unidad primordial inconsciente, consciencia de la dualidad y consciencia de la unidad sin perder la anterior consciencia dual.

En la fase prepersonal predomina en el individuo y en la cultura la unidad con el entorno. La separatividad con el/lo otro –que es un rasgo del individuo y la cultura que nos define a los occidentales– está por desarrollar en las culturas prepersonales o sociocéntricas.

Así pues, en esos individuos y culturas la unidad es todavía ‘inconsciente’ o preconsciente. En ellas no se ha experimentado, al menos no tan plenamente como en nuestra cultura científica, la separación dual de la consciencia. Es decir, no se tiene clara la diferencia entre uno mismo, por una parte, y el otro y el entorno, por la otra.

Como dice Julian Jaynes, no se ha desarrollado la consciencia (de sí). Toda identidad es todavía grupal, y no existe identidad individual.

La cultura moderna como “etapa personal”

La etapa personal, es en la que se encuentran la mayoría de los seres humanos, sobre todo en nuestra cultura occidental. Implica, pues, esa separación que ya tiene lugar en una primera fase en el niño de 2-3 años y llega a su culminación en la pubertad y adolescencia, aunque no por eso termine su desarrollo (todo desarrollo es un continuo, las definiciones y distinciones son decisiones epistemológicas).

A partir de este punto se establece, inconscientemente en la mayoría, una dialéctica entre la dualidad y la unidad. La proyecciónía) en psicología es, en sus manifestaciones más comunes y cotidianas (como estrategia psicológica, no como mecanismo de defensa patológico), una manifestación de que esa separación dual no se ha ‘completado’ (y no se llega a completar casi nunca) [6].

Como he dicho, la mayoría de las personas y la cultura occidental están en la fase personal, la fase dual e individualista. La filosofía modernista y su énfasis en la individualidad de nuestra cultura occidental así lo atestiguan (Wheeler, 2000; Robine, 1997). Los muchos artículos de Francisco J. Rubia y otros en Tendencias21, en los que se trata el tema de la dualidad, nos dicen hasta qué punto es un asunto candente en este momento.

El regreso a una unidad-dual

Globalmente, hemos entrado en un periodo –postmodernismo (antidualista)– que descarta y critica el individualismo y la dualidad de la filosofía modernista. Sin embargo, muchos individuos todavía tienen que desarrollar su individualidad.

La dualidad, la individualidad, el autoapoyo, la independencia personal de criterio..., no es un rasgo completamente logrado. La falta de criterio personal a la hora de juzgar un asunto, el dejarse ir por lo que opina la mayoría sin reflexión, son consecuencia de ello. Y, en un extremo, la adhesión despersonalizadora a las sectas y, me temo, a determinadas redes, opiniones y movimientos sociales, son también síntoma de esta carencia de individualidad e independencia (no estamos tan lejos, como querríamos creer, de las culturas sociocéntricas, lo cual no es necesariamente malo).

Por todo ello, la confrontación de ideas y actitudes, y las filias y fobias... son una compulsión característica de esta etapa evolutiva. Es una necesidad dual para el desarrollo, algo por lo que tenemos que pasar antes de seguir adelante. Es un rasgo que nos define y un logro respecto a otras culturas y edades de desarrollo.

Un rasgo fundamental de la dinámica de la fase personal es la competitividad. Gracias a la competitividad aprendemos lo que somos nosotros y lo que es el otro, y por ello nos individualizamos. Este rasgo es una función que permite y potencia el desarrollo humano individual.

Por desgracia la competitividad, se ha convertido en nuestra cultura en un fin en sí misma, con todos sus destructivos inconvenientes; pero éste es un tema para otra reflexión. Esta competitividad es la base de la dualidad, de la polaridad: un polo se define respecto al otro polo por oposición. Esa dualidad, la polaridad, la oposición, es el rasgo característico de la consciencia personal y por ende de nuestra cultura occidental y científica.

Por eso los pueblos que no han desarrollado el yo pertenecen a una cultura sociocéntrica. Estas culturas no han experimentado lo que Taylor (2005) llama la ‘explosión del ego’ o ‘no tienen conciencia’ como dice el psicólogo Julian Jaynes. Su desarrollo pertenece, pues, a una fase anterior de la evolución de la especie humana.

Cierto es que estas culturas tienen una relación más integral con el entorno, pero el desarrollo humano, el desarrollo del Universo, de la realidad como totalidad, nos lleva, nos ha llevado, a esta encrucijada. La dinámica dual es, pues, un paso necesario para volver a la unidad, que en este caso será una unidad-dual.

Así las afirmaciones de Rubia de que “...la neurociencia había podido avanzar en el estudio de las funciones mentales gracias a la superación del dualismo”; y de que: “...el dualismo no es 'real', sino una categoría más de nuestra mente” en Tendencias21, son pues coherentes con las observaciones naturalistas del desarrollo humano que hace la Psicología Evolutiva.

El presente: el desarrollo de la unidad transpersonal

En la actualidad estamos asintiendo al desarrollo de la unidad transpersonal (Wilber, 1977, 1983). A ella nos lleva el descubrimiento de la unidad-dualidad onda-partícula y observador-objeto por parte de la ciencia (así como el desarrollo general de las ciencias de la complejidad).

Y, del lado de la psicología y la sociología, la postulación de una visión de la naturaleza humana desde la concepción de campo. Asimismo, se experimenta un estado de desarrollo de la conciencia que permite percibir y comprender ese campo, esa unidad-dual.

En ambas observaciones, la unidad de la dualidad, ya sea la unidad de la materia-energía y corpúsculo-onda, o de los opuestos de la conciencia y de la mente, se percibe como algo natural e intrínseco a la realidad.

La visión de la filosofía postmodernista, y de ciertas ramas de la sociología y de la psicología nos dan, como he dicho, esa visión de campo a la hora de entender la relación del individuo con el entorno. Postulan la unidad individuo-entorno. Esta visión se parece a la sociocéntrica, en tanto en cuanto concibe al individuo y al entorno como unidad; pero incluye un elemento que no tiene aquella: la capacidad para ver también la dualidad, la separación, la individualidad; es decir, el desarrollo del ego y con él de la conciencia personal, aislada y separada del entorno, del grupo.

Ambas conciencias, la unitaria y la dual, estarían, pues, presentes en la conciencia como una capacidad humana a partir de un determinado desarrollo. Tendríamos así la conciencia uni-dual.

La realidad es esto-y-lo-otro

Esta conciencia uni-dual es, como dice Bateson, citado por Keeney (1983), una visión binocular; es decir tridimensional. Si vemos la realidad con un solo ‘ojo conceptual’, la vemos plana (como cuando nos tapamos un ojo físico). Así pues, nuestro desarrollo nos concede la capacidad dual de la conciencia que nos identifica como ‘yo’. Es una evolución que nos individualiza al polarizarnos con el/lo otro, pero también nos deja ‘tuertos’. Es, no obstante, una necesidad evolutiva.

Para readquirir la capacidad tridimensional tenemos que seguir evolucionando y volver a la unidad, a concebir los opuestos como polos de un proceso recursivo con el que adquirimos la aptitud para abarcar toda la realidad. El desarrollo de la conciencia personal implica la elección entre esto-o-lo-otro. Trascender esa conciencia egoica implica cesar la elección, pues entonces comprendemos que la realidad es esto-y-lo-otro.

Desde este punto de vista, dios, el paraíso, el nirvana, la conciencia pura... etc. no son sino símbolos de esa unidad –‘perdida’– que anhela la conciencia humana desde la noche de los tiempos, desde que tuvo lugar, según nos cuenta Taylor (2005), “la explosión del ego”.

El proceso para desarrollar la lógica paradójica es el mismo que para desarrollar la capacidad simbólica y la lógica abstracta. Se produce un descentramiento afectivo (hasta cierto punto lo que en la espiritualidad oriental se llama desapego) que nos permite ver al/lo otro como distinto y a respetarlo como tal. En el caso de la lógica paradójica, el desapego se realiza sobre el ego, sobre la dualidad confrontativa de la anterior fase abstracta. Al mismo tiempo, desarrollamos una mayor capacidad para comprender mentalmente tanto a nosotros mismos como al entorno de manera uni-dual.

El ‘desapego’, pues, ya ha sucedido dos veces en el desarrollo humano, no es algo completamente nuevo. Sólo es nuevo que el ‘desapego’ (descentramiento afectivo) implicado en el desarrollo de la lógica paradójica es más complejo y abarcador. Estos procesos de desapego emocional y desarrollo mental unidos se pueden entender asimismo como un proceso que produce la unidad pensamiento-sentimiento o mente-cuerpo [7] por el hecho de ser unidad.

Conclusiones

Sólo cabe añadir algo obvio después de este desarrollo: la dualidad es esencial a la naturaleza humana. Y tal como nos describe Rubia, esa dualidad es, a pesar de esencial, sólo aparente (una categoría de la mente), pues la unidad es básica en esa manifestación dual.

Pero hay algo más, la dualidad es algo presente en toda la realidad, no sólo en la mente. La unidad-dual onda-partícula y la unidad-dual de toda la realidad: física, química, biológica, psicológica, sociológica... no es sino una forma de operar de la realidad unitaria, una función operativa de la realidad. Para manifestarse, la realidad se divide, pero sigue siendo una. Así, unidad y dualidad forman también unidad (Madrona, ver nota 5).

Por tanto, las discusiones acerca de lo que es la conciencia y las controversias enfrentadas de unos y otros sobre su naturaleza no son sino manifestaciones de la etapa de desarrollo de la lógica abstracta en el ser humano. Como bien dice Rubia, en otro lugar el cerebro no es dual.

viernes, 13 de diciembre de 2013


Articulo complementario referente a los descubrimientos del GEO600 sobre el Universo holográfico y los nuevos datos qué se derivan


En 2009, el GEO 600 de Hanóver, en Alemania, un detector de las ondas gravitacionales del universo –ondulaciones del espacio-tiempo producidas por un cuerpo masivo acelerado, como un agujero negro o una estrella de neutrones, y que se transmiten a la velocidad de la luz- detectó un extraño ruido en los confines del cosmos que, durante un tiempo, trajo de cabeza a los investigadores.

Entonces, Craig Hogan, director del Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab), de Estados Unidos, afirmó que el GEO600 se había tropezado con el límite fundamental del espacio-tiempo; con el punto en el que el espacio-tiempo deja de comportarse como el suave continuo descrito por Einstein, para disolverse en “granos” (más o menos de la misma forma que una imagen fotográfica puede verse granulada cuanto más de cerca la observamos).

Este punto quedó sin confirmar entonces pero, ahora, un equipo de físicos ha proporcionado, según la revista Nature, una de las pruebas más claras hasta la fecha de que nuestro universo podría ser sólo una gran proyección.

El origen de la idea del cosmos holográfico

En el año 1997, el físico teórico argentino Juan Maldacena propuso que un modelo del Universo en el que la gravedad surgiese de cuerdas vibrantes infinitamente finas podía ser reinterpretado en el marco de la física establecida.

Ese matemáticamente intrincado mundo de cuerdas, existentes en nueve dimensiones espaciales y en una dimensión temporal, sería sólo un holograma proyectado desde un lugar en el que realmente ocurrirían todas las cosas: un cosmos más plano en el que la gravedad no existe.

Esta concepción coincide con el modelo de universo (principio holográfico) sugerido previamente por el físico Leonard Susskind y el premio Nobel Gerard ‘t Hooft, pioneros en la investigación de los universos holográficos.

Estos científicos señalaron en 1990 que el mismo principio que rige a los hologramas de las tarjetas de crédito –impresos en películas de plástico bidimensionales de las que emergen cuando la luz rebota sobre ellos- podría aplicarse a todo el universo.

La idea de Maldacena emocionó a los físicos desde el principio, porque ofrece una base sólida a la popular aunque aún no probada teoría de cuerdas,‎ que básicamente asume que las partículas materiales en apariencia puntuales en realidad son "estados vibracionales" de un objeto extendido más básico, llamado "cuerda" o "filamento".

También porque resuelve inconsistencias aparentes entre la física cuántica y la teoría de la gravedad de Einstein. Pero, a pesar del valor dado al modelo holográfico del cosmos, hasta el momento no se había encontrado una prueba rigurosa de su veracidad.

Cálculos computacionales coincidentes

Esta situación podría haber cambiado, pues en dos artículos publicados en el repositorio arXiv, Yoshifumi Hyakutake, de la Universidad de Ibaraki en Japón y sus colaboradores han publicado recientemente, si no una prueba real, al menos sí una evidencia convincente de que la conjetura de Maldacena es certera.

En uno de esos artículos, Hyakutake calcula la energía interna de un agujero negro, la posición de su horizonte de sucesos (límite entre el agujero negro y el resto del universo o frontera del espacio-tiempo en el que los eventos a un lado de ella no pueden afectar a un observador situado al otro lado); su entropía‎ y otras de sus características, tomando como base las predicciones de la teoría de cuerdas, así como los efectos de las llamadas partículas virtuales‎, que son partículas elementales que existen durante un tiempo tan corto que no es posible medir sus propiedades de forma exacta.

En un segundo artículo, Hyakutake y tres colaboradores calculan la energía interna del cosmos -de dimensiones reducidas y sin gravedad- correspondiente. Y los cálculos computacionales de ambos trabajos encajan entre sí.

Implicaciones para nuestro propio universo

“Parece que es un cálculo correcto," ha señalado el propio Maldacena en declaraciones recogidas por Nature. Estos hallazgos "son una forma interesante de probar muchas ideas sobre gravedad cuántica y sobre la teoría de cuerdas", añade el físico, que no participó en el presente estudio.

Maldacena añade que éstos y otros artículos de Hyakutake publicados en los últimos años "prueban la doble naturaleza de los universos en sistemas en los que no existen pruebas analíticas."

Hyakutake y su equipo “han confirmado numéricamente, tal vez por primera vez, algo sobre lo que teníamos bastante certeza, pero que se mantenía en la conjetura - a saber, que la termodinámica de ciertos agujeros negros puede ser reproducida desde un universo de menos dimensiones", ha afirmado por su parte Leonard Susskind, actualmente físico teórico de la Universidad de Stanford, en California.

Y, aunque ninguno de los universos modelo explorados por el equipo japonés se parezca al nuestro, según Maldacena, “la prueba numérica de que estos dos mundos aparentemente dispares sean realmente idénticos proporciona esperanzas de que las propiedades gravitacionales de nuestro propio universo puedan ser algún día explicadas por un cosmos más simple, en el marco de la teoría cuántica”.

Referencias bibliográficas:

Yoshifumi Hyakutake. Quantum Near Horizon Geometry of Black 0-Brane. arXiv:1311.7526 (2013).

Masanori Hanada, Yoshifumi Hyakutake, Goro Ishiki, Jun Nishimura. Holographic description of quantum black hole on a computer. arXiv:1311.5607 (2013).


Se pueden copiar datos cuánticos en un túnel del tiempo, sugiere un modelo teórico

Partículas que viajan al pasado a través de bucles, ¿harían peligrar la criptografía más avanzada? (Fuente:  Physical Review Letters  y  T21)

Un equipo internacional de científicos ha creado un modelo que supone la superación –teórica- de una de las paradojas de los viajes en el tiempo, el tema de la no-clonación de la información cuántica, pues señala que se podrían copiar datos cuánticos del pasado. De ser cierto este resultado implicaría que la criptografía cuántica no será tan segura como se prevé. Por Yaiza Martínez.

El último de estos modelos ha sido presentado por un equipo internacional de científicos y supone la superación –teórica- de una de las paradojas de los viajes en el tiempo, el tema de la no-clonación de la información cuántica, pues señala que se podrían copiar datos cuánticos del pasado.

Los viajes en el tiempo son uno de los más apasionantes sueños de la humanidad, aunque, evidentemente, constituyen un sueño inalcanzable por ahora. A pesar de ello, los científicos defienden su posibilidad, y se esfuerzan por producir modelos teóricos que la justifiquen.

El último de estos modelos ha sido presentado por un equipo internacional de científicos y supone la superación –teórica- de una de las paradojas de los viajes en el tiempo, el tema de la no-clonación de la información cuántica, pues señala que se podrían copiar datos cuánticos del pasado.

Los investigadores al cargo del presente estudio son Mark Wilde, de la Universidad Estatal de Louisiana (EEUU); Todd A. Brun, de la Universidad de California en los Ángeles; y Andreas Winter, del Grupo de Investigación Cuántica (GIQ) de la Universidad Autónoma de Barcelona.

La paradoja del abuelo

Meterse en una máquina del tiempo para aparecer en otro momento –pasado o futuro- de la historia no es tarea sencilla, a pesar de la cantidad de películas (como Regreso al futuro) que así lo han planteado.

Uno de los más serios problemas presentados por los viajes en el tiempo es la “paradoja del abuelo”, que
señala que si un viajero del tiempo fuera hacia el pasado y allí matase a su abuelo, con esta acción acabaría con la posibilidad de su propia existencia y, en consecuencia, con su viaje temporal.

En 2010, un científico del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) llamado Seth Lloyd, dijo que este escollo podría superarse con un modelo de viaje en el tiempo “post-seleccionado”, que incluiría la posibilidad que presenta la física cuántica –gracias a su valor probabilístico- de desarrollar cálculos que ignoren ciertos resultados.

Esta postselección permitiría que sólo formasen parte de una ecuación específica aquellas variables que propician un resultado predeterminado. Es decir, que el viajero temporal no podría moverse a sus anchas por el pasado, sino que la máquina que lo trasladase estaría predeterminada para realizar ciertas acciones. De esta forma, se aseguraría la imposibilidad de que el viajero encontrase a su propio abuelo y lo asesinase, por ejemplo.

Otro físico de la Universidad de Oxford, además de pionero de la computación cuántica, llamado David Deutsch, también ideó una solución a esta complejidad de los viajes en el tiempo al proponer que el viajero temporal podría tener la mitad de probabilidades de matar a su abuelo y, por tanto, también la mitad de probabilidades de que éste se mantuviese con vida. En consecuencia, el viajero tendría la mitad de probabilidades de haber nacido –y de volver al pasado a matar a su abuelo-; y así terminaría la paradoja.

Copias inexactas

Más allá del galimatías del abuelo vivo o muerto, existen otras complicaciones para la concreción del viaje en el tiempo. En concreto, el del teorema de la no-clonación cuántica, introducido en 1982 por Wooters, Zurek y Dieks, que dice lo siguiente: no se pueden realizar copias de un estado cuántico desconocido de un sistema.

Dado que, por el famoso principio de incertidumbre de Heisenberg, sabemos también que no se pueden determinar simultáneamente ciertos pares de variables físicas, como la posición y el momento lineal de una partícula subatómica, resultaría imposible “clonar” estados cuánticos –esto es, trasladarlos a otros tiempos-.

En otras palabras, si sumamos el teorema de la no-clonación al de Heisenberg, jamás podríamos contar con una máquina Xerox subatómica que llevase las partículas con la posición y momento angular de un instante dado a otro instante.

“Siempre podremos coger un papel y copiar palabras en él. Es lo que llamamos la copia de datos clásicos”, explica Wilde en un comunicado de la Universidad de Louisiana.

“Pero no se pueden copiar de forma arbitraria los datos cuánticos, a menos que tomen la forma especial de los datos clásicos” (que implican una definición total). “Este teorema de la no-clonación es una parte fundamental de la mecánica cuántica que nos ayuda a razonar sobre cómo procesar datos cuánticos. Si no se pueden copiar los datos, entonces tenemos que pensar en todo de una manera muy diferente”, continúa el investigador.

Siguiente paso: repensar

Sin embargo, en 1991, David Deutsch sugirió que debería ser posible violar el teorema de la no-clonación cuántica. ¿Qué pasaría si una curva temporal cerrada (CTC) permitiera copiar datos cuánticos en muchos puntos distintos?, se preguntó.

Una CTC sería algo parecido a un circuito cerrado que se conecta de nuevo consigo mismo yendo hacia atrás en el tiempo. Por ejemplo, una CTC puede basarse en un agujero de gusano que conecta un lugar y un tiempo en el futuro con otro punto en un tiempo anterior.

Wilde y sus colaboradores desarrollaron teóricamente esta posibilidad en un artículo aparecido en Physical Reviews Letters: la idea de Deutsch que permitiría a una partícula –o a un viajero en el tiempo- que se hallase en una CTC hacer múltiples bucles hacia atrás en el tiempo.

En dicho modelo, una partícula que entrase en el bucle de la CTC seguiría siendo la misma cada vez que pasase por un punto determinado del tiempo. En otras palabras, mantendría consistencia a medida que retrocede temporalmente.

“En cierto sentido, esto permitiría copiar la información de la partícula en muchos puntos diferentes”, afirma Wilde, “porque la partícula está siendo enviada al pasado muchas veces. Es como tener múltiples versiones de la partícula disponibles”.

El problema surge cuando esa partícula (y sus copias) cambian el pasado, como señalaba el modelo de Deutsch. El modelo de Wilde y sus colaboradores, sin embargo, consigue también acabar con este problema, pues llega a una solución que implica copiar datos cuánticos de esa partícula sin alterar el pasado.

Al parecer, éste ha sido el mayor avance del modelo: haber averiguado qué condiciones iniciales tendría el bucle temporal para permitir extraer con eficacia muchas copias de datos cuánticos, sin alterar el pasado. “Simplemente funcionó”, asegura el investigador.

Peligro para la computación cuántica

Aunque aún existe controversia sobre estos resultados, que podrían violar tanto el modelo de Deutsch como la unitariedad cuántica (una restricción sobre la evolución permitida de sistemas cuánticos que asegura que la suma de las probabilidades de todos los posibles resultados de cualquier evento siempre es la misma: 1), Wilde señala que podrían ser importantes para una rama científica en desarrollo: la criptografía cuántica‎.

Si el teorema de no-clonación realmente pudiera ser violado, como el nuevo enfoque de Wilde sugiere, la posibilidad de copiar datos cuánticos del pasado resultaría significativa en este campo, porque podría permitir romper o “hackear” los protocolos de seguridad cuánticos.

“Si alguien con malas intenciones tuviera acceso a estos bucles de tiempo, podría romper la seguridad de la distribución de claves cuánticas”, afirma Wilde. Eso a pesar de que se considera que la comunicación cuántica es la manera más segura de comunicación.

Referencia bibliográfica:

Todd A. Brun, Mark M. Wilde, Andreas Winter. Quantum State Cloning Using Deutschian Closed Timelike Curves. Physical Review Letters (2013). DOI:10.1103/PhysRevLett.111.190401.

lunes, 9 de diciembre de 2013


Aquí os dejo también esta otra obra que, como la anterior, nos hace reflexionar sobre la vulnerabilidad de los absolutos, en este caso la razón.

http://www.youtube.com/watch?v=S-q5_dp-MLI



Comparto con todos este vídeo referente a la novela "L´Eco del temps" (El eco del Tiempo), que su autor Joan María Arenas i Prat tuvo el detalle de regalarme hace unos días, oportunamente dedicado y que tanto he agradecido y de la que ya he dado además buena cuenta; la novela narra las vivencias de unos científicos que trabajan el Gran Colisionador de Hadrones, donde terminan por hacer descubrimientos impactantes. Su narración es amena y lo más interesante es que resulta concordante con lo que la vida nos muestra a diario: qué todo está conectado y las cosas no suceden sin más, las casualidades son mucho más qué eso y en todo hay una razón, un pensamiento para que el continuo espacio-tiempo (la Historia) sea algo inteligible para nuestros cerebros, verdaderos hacedores de la Realidad. Disfrutadla!

https://www.youtube.com/watch?v=urG8j2wN8KE


El entrelazamiento cuántico provoca la aparición de 'agujeros de gusano'
Se trata de una especie de túnel en la quinta dimensión que comunica a las partículas enredadas (Fuente: MIT)

Científicos de MIT (Boston, EEUU) han descubierto que el entrelazamiento cuántico entre dos partículas provoca la aparición de un 'agujero de gusano', una especie de túnel que comunica a ambas partículas en la quinta dimensión (la de la gravedad). Esto podría significar que la gravedad en realidad se origina a partir de las propiedades cuánticas del universo, y no es un concepto fundamental.

El entrelazamiento cuántico‎ es una de las teorías más extrañas de la mecánica cuántica; tan extraña, de hecho, que Albert Einstein se refirió a ella como "acción fantasmal a distancia".

En esencia, esta propiedad implica a dos partículas, cada una ocupando varios estados al mismo tiempo (una condición conocida como superposición. Por ejemplo, ambas partículas pueden girar simultáneamente en sentido horario y en sentido antihorario. Pero ninguna de ellas tiene un estado definido hasta que se mide a alguna, haciendo que la otra partícula asuma inmediatamente el estado correspondiente a la primera. Las correlaciones resultantes entre las partículas se conservan, aunque estén en extremos opuestos del universo.

¿Cómo se produce esa comunicación?

¿Pero qué es lo que permite a las partículas comunicarse instantáneamente -y aparentemente más rápido que la velocidad de la luz- a distancias tan grandes? A principios de este año, un grupo de físicos propuso una respuesta en forma de "agujeros de gusano" o túneles gravitacionales.

El grupo demostró que, mediante la creación de dos agujeros negros entrelazados que se separaban a continuación, se formaba un agujero de gusano -esencialmente un "atajo" a través del universo-, que conectaba a los agujeros negros distantes entre sí.

Ahora, un físico del Massachusetts Institute of Technology (MIT, de Boston, EEUU) ha descubierto que, observada a través de la teoría de cuerdas‎, la creación de dos quarks los bloques de los que están hechos los protones y los neutrones- entrelazados da lugar simultáneamente a un agujero de gusano que conecta el par.

Los resultados teóricos refuerzan la relativamente nueva y emocionante idea de que las leyes de la gravedad que mantienen unido el universo pueden no ser fundamentales, sino que surgen de algo más: el entrelazamiento cuántico.

Julian Sonner, un post-doc senior del Laboratorio de Ciencia Nuclear y Centro de Física Teórica de MIT, ha publicado sus resultados en la revista Physical Review Letters, donde aparece junto con un artículo relacionado de Kristan Jensen, de la Universidad de Victoria (Canadá) y Andreas Karch, de la Universidad de Washington (Seattle, EE.UU.)

La enmarañada red que es la gravedad

Desde que la mecánica cuántica fue propuesta por primera vez hace más de un siglo, el principal desafío para los físicos de ese ámbito ha sido explicar la gravedad en términos de la mecánica cuántica. Si bien la mecánica cuántica funciona muy bien en la descripción de las interacciones a nivel microscópico, no explica la gravedad, un concepto fundamental de la relatividad, una teoría propuesta por Einstein para describir el mundo macroscópico.

Por lo tanto, parece que hay una barrera importante para la conciliación de la mecánica cuántica y la relatividad general; durante años, los físicos han tratado de llegar a una teoría de la gravedad cuántica para casar los dos campos.

Una teoría de la gravedad cuántica sugiere que la gravedad clásica no es un concepto fundamental, como propuso Einstein por primera vez, sino que surge de un fenómeno más básico, basado en la cuántica. En un contexto macroscópico, esto significaría que el universo está formado por algo más fundamental que las fuerzas de la gravedad .

Aquí es donde el entrelazamiento cuántico podría desempeñar un papel. Podría parecer que el concepto de entrelazamiento -uno de los más fundamentales en la mecánica cuántica- está en conflicto directo con la relatividad general: dos partículas entrelazadas, "comunicándose" a través de grandes distancias, tendrían que hacerlo a velocidades superiores a las de la luz, lo que sería una violación de las leyes de la física, según Einstein.

Por consiguiente, puede resultar sorprendente que el uso del concepto de entrelazamiento para construir el espacio-tiempo sea un paso importante hacia la reconciliación de las leyes de la mecánica cuántica y la relatividad general.

Por el túnel hacia la quinta dimensión

En julio, los físicos Juan Maldacena, del Instituto de Estudios Avanzados, y Leonard Susskind, de la Universidad de Stanford (California, EE.UU.) propusieron una solución teórica en forma de dos agujeros negros entrelazados.

Cuando los agujeros negros estaban entrelazados, y luego se separaban, los teóricos encontraron que lo que surgía era un agujero de gusano, un túnel a través del espacio-tiempo que se cree que está sostenido por la gravedad. La idea parecía sugerir que, en el caso de los agujeros de gusano, la gravedad surge de un fenómeno más fundamental, los agujeros negros entrelazados.

Siguiendo el trabajo de Jensen y Karch, Sonner ha tratado de abordar esta idea a nivel de los quarks. Para ver lo que surge a partir de dos quarks entrelazados, primero generó quarks utilizando el efecto Schwinger, un concepto en la teoría cuántica que permite crear partículas de la nada. Más precisamente, el efecto, también llamado "creación de pares", permite que dos partículas surjan del vacío, "sopa de partículas efímeras".

Bajo un campo eléctrico se puede, como explica Sonner en la información de MIT, "atrapar un par de partículas" antes de que desaparezcan de nuevo en el vacío. Una vez extraídas, estas partículas se consideran entrelazadas.

Sonner mapeó los quarks entrelazados en un espacio de cuatro dimensiones, considerado una representación del espacio-tiempo. En cuanto a la gravedad, se considera que existe en la siguiente dimensión, ya que de acuerdo con las leyes de Einstein, actúa "curvando" el espacio-tiempo; es decir, que existe en la quinta dimensión.

La nueva geometría

Para ver qué geometría puede surgir en la quinta dimensión a partir de los quarks entrelazados en la cuarta, Sonner empleó la dualidad holográfica, un concepto de la teoría de cuerdas: Aunque un holograma es un objeto de dos dimensiones, contiene toda la información necesaria para representar una visión tridimensional. Esencialmente, la dualidad holográfica es una manera de derivar una dimensión más compleja a partir de la dimensión inmediatamente inferior.

Usando la dualidad holográfica, Sonner derivó los quarks entrelazados, y descubrió que lo que surgía era un agujero de gusano que conectaba a ambos, lo que implica que la creación de quarks crea al mismo tiempo un agujero de gusano.

A nivel más fundamental, los resultados sugieren que la gravedad puede, de hecho, emerger del entrelazamiento. Lo que es más, la geometría, o curvatura, del universo tal y como lo describe la gravedad clásica, pueden ser una consecuencia del entrelazamiento, como la existente entre los pares de partículas unidos entre sí por los túneles en forma de agujeros de gusano.

"Es la representación más básica hasta ahora que tenemos de cómo el entrelazamiento da lugar a una especie de geometría", explica Sonner. "¿Qué pasa si se pierde parte de este entrelazamiento, y qué le ocurre a la geometría? Hay muchos caminos que pueden recorrerse en esta investigación, y este trabajo puede llegar a ser muy útil en ese sentido".

Descubren que la piel 'habla' con el hígado
Un sorprendente hallazgo podría ayudar a comprender cómo afectan las enfermedades cutáneas al resto del cuerpo (Fuente: Universidad del Sur de Dinamarca)

Investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca han descubierto que la piel es capaz de comunicarse con el hígado. Este hallazgo, que ha sorprendido a los científicos, podría ayudar a comprender cómo afectan las enfermedades de la piel al resto del cuerpo.

Investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca‎ han descubierto que la piel es capaz de comunicarse con el hígado. Este hallazgo, que ha sorprendido a los científicos, podría ayudar a comprender cómo afectan las enfermedades de la piel al resto del cuerpo.

La profesora Susanne Mandrup y su grupo de investigación estaban investigando en otro tema, cuando hicieron este extraño descubrimiento: que la piel, el mayor órgano del organismo, puede "hablar" con el hígado. "Hemos demostrado que la piel afecta al metabolismo del hígado, y esto ha sido toda una sorpresa", explica Mandrup en un comunicado de dicha Universidad. El fenómeno fue observado en ratones de laboratorio.

Los investigadores estaban trabajando con lo que ellos denominan “ratones knock-out”, que son ratones a los que se les ha bloqueado (knock out) una proteína del grupo acil coenzima A (acil-CoA) que regula el metabolismo de las grasas.

Algunos de estos ratones presentaban una extraña piel grasienta, y tuvieron dificultades al ser separados de sus madres. En el período del destete, ganaron menos peso que otros, y mostraron un retraso en su desarrollo. Los análisis también señalaron que habían acumulado grasa en el hígado a partir de ese momento.

"Al principio pensamos que la acumulación de grasa en el hígado estaba relacionada con el gen que faltaba en el hígado de los ‘ratones knock-out’. Pero esto fue descartado por una serie de estudios, y tuvimos que encontrar otra explicación", detalla Ditte Neess, otra de las colaboradoras de la investigación.

Buscando otra explicación

Por eso, Neess y su equipo volvieron a analizar a los ratones arrugados y débiles. Su piel estaba grasa y resultaba permeable, por lo que perdían más agua que los ratones corrientes.

“Cuando pierden agua, también pierden calor. Nos preguntamos, por tanto, si esta pérdida de agua y calor podía ser la causa de que los ratones acumularan grasa en el hígado y se debilitaran al ser destetados”, explica Neess.

Para clarificar este punto, los científicos manipularon a algunos ratones para que éstos careciesen de la grasa vinculada a la proteína, pero sólo en la piel. De igual modo que los ratones completamente “knock-out” anteriores, estos otros animales presentaron dificultades tras el destete y acumularon grasa en el hígado. Esto demostró que la ausencia de la proteína vinculada a la grasa en la piel fue suficiente como para inducir la acumulación de grasa en el hígado.

Indagar más a fondo

Para llegar al fondo de cómo un defecto en la piel es “comunicado” al hígado, los investigadores decidieron cubrir los ratones con vaselina. Ésta evita que el agua se evapore de la piel y por lo tanto detiene la pérdida de calor.

Como resultado, la acumulación de grasa en el hígado desapareció. Pero, como la vaselina contiene grasa, que podría teóricamente ser absorbida por la piel o ingerida por los ratones, las investigadoras estaban un poco inseguras sobre los efectos secundarios de la vaselina.

Un estudiante propuso entonces cubrir a los ratones con látex líquido. Después de haber cubierto los ratones de látex azul, los investigadores vieron que la acumulación de grasa en el hígado desapareció de nuevo.

"Creemos que el escape de agua de la piel hace que los ratones sientan frío, y que esto conduce a la descomposición de la grasa en su tejido adiposo. La grasa descompuesta se mueve entonces hacia el hígado. Los ratones mueven energía de los tejidos al hígado", concluyen Mandrup y Neess.

Referencia bibliográfica:

Ditte Neess, Signe Bek, Maria Bloksgaard, Ann-Britt Marcher, Nils J. Færgeman, Susanne Mandrup. Delayed Hepatic Adaptation to Weaning in ACBP−/− Mice Is Caused by Disruption of the Epidermal Barrier. Cell Reports (2013). DOI: 10.1016/j.celrep.2013.11.010.

martes, 3 de diciembre de 2013


El siguiente vídeo es muy interesante y merece la pena mirarlo, básicamente es complementario al descubrimiento realizado recientemente referido a que el bosón de Higgs puede desintegrarse en fermiones, otras partículas en la frontera de la Realidad tangible.
http://www.youtube.com/watch?v=DHYoKLIxd3k



Las estructuras de las conexiones cerebrales de hombres y mujeres son muy distintas (fuente: SINC)
Por eso los varones integran mejor la percepción y la coordinación, y las féminas el análisis y la intuición

Científicos estadounidenses han comprobado que las estructuras de conexiones cerebrales de hombres y mujeres son muy distintas: mientras que los hombres tienen muchas conexiones dentro de cada uno de los dos hemisferios, las mujeres tienen muchas conexiones entre ambos. Eso explica que los hombres estén más preparados para la conectividad entre la percepción y la coordinación, mientras que las mujeres conectan mejor la capacidad analítica y la intuición.

El cerebro del hombre y el de la mujer no se estructuran de la misma manera, al menos en cuanto a las conexiones entre los hemisferios.

Científicos estadounidenses han analizado los circuitos neuronales de cerca de un millar de hombres y mujeres, desde la infancia hasta la edad adulta.

El trabajo, publicado ayer en la revista PNAS, señala que los patrones de conectividad cerebral de los hombres forman un sistema más eficiente para las acciones coordinadas y las percepciones. Por el contrario, en el cerebro femenino, las conexiones favorecen el razonamiento analítico, el procesamiento de información y la intuición.

“Es una visión única de las diferencias entre sexos a través de la conectividad del cerebro”, señalan los investigadores en su artículo, resumido por SINC. “Nuestros resultados apoyan la teoría de que el comportamiento tiene un sustrato neuronal y nuestro estudio podría mejorar su comprensión”, destacan.

En el trabajo, liderado por Ragini Verma, investigadora del departamento de radiología de la Universidad de Pensilvania (EE UU), los científicos analizaron la conectividad cerebral en un total de 949 personas de entre los ocho y los 22 años de edad.

Para comprobar las diferencias específicas en los circuitos neuronales entre las distintas regiones del cerebro y en ambos géneros, los autores utilizaron imágenes de resonancia magnética realizadas con tensores de difusión y dividieron a los individuos por rangos de edad en función de la etapa de la vida: niñez, adolescencia y edad adulta.

“Existe una mayor proporción de fibras mielinizadas en los hemisferios cerebrales de los hombres, lo que sugiere que están optimizados para la comunicación dentro de cada hemisferio. Sin embargo, los cerebros de las mujeres están preparados para la comunicación entre hemisferios”, indican los investigadores en su artículo.

En niños y adolescentes

Además, los autores observaron que existían muy pocas diferencias entre sexos en las conexiones cerebrales en niños menores de trece años. Sin embargo, estas diferencias se acentuaron en edades entre los catorce y los 17 años y en adultos jóvenes.

“Los resultados sugieren que los cerebros de los hombres están estructurados para facilitar la conectividad entre la percepción y la coordinación mientras que los cerebros femeninos están diseñados para facilitar la comunicación entre los modos de procesamiento analítico e intuitivo”, concluyen los investigadores.

Posible origen de la diferencia: las ocupaciones

El neurocientífico Francisco J. Rubia, colaborador de Tendencias21, explicaba en una entrevista en este medio sobre el posible origen de las diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres lo siguiente:

"La psicóloga canadiense Doreen Kimura asume que (estas diferencias) vienen dadas por la división de trabajo que existe no sólo en el ser humano, sino también en otros animales que nos han precedido en la escala filogenética. Esta división de trabajo procede de la mayor fortaleza del varón y su mejor disposición para la caza, por lo que el hombre suele ser, por término medio, mejor en tareas visuo-espaciales y en arrojar objetos a dianas".

"La mujer", continúa, "es superior al varón en fluidez verbal (está demostrado que el lenguaje está más bilateralizado que en el hombre), en empatía y reconocimiento del lenguaje no verbal, probablemente por la necesidad de saber lo que el bebé quiere; y en habilidad manual, funciones todas necesarias al quedar con otras mujeres en los asentamientos y procurar la cría de la descendencia y la recolección de alimentos."

La cuestión de la maternidad

La maternidad también tendría un efecto determinante en el cerebro de las mujeres. Según un estudio, realizado en 2010 por neurocientíficos del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, esta situación puede hacer que el cerebro de las mujeres crezca.

Un análisis realizado con tecnología de resonancia magnética de alta resolución a 19 mujeres que habían dado a luz en el Hospital Yale-New Haven demostró que el volumen de los cerebros de las madres recién paridas había aumentado en concreto en áreas relacionadas con la motivación y el comportamiento, a las cuatro semanas y a los tres meses de haber dado a luz.

Los investigadores teorizan que este crecimiento cerebral podría ser consecuencia de los cambios hormonales que se producen en el organismo de la mujer inmediatamente después del alumbramiento: al incremento de estrógenos, de oxitocina y de prolactina. Estas hormonas podrían provocar que el cerebro de las madres cambiase de forma tras el parto, en respuesta a la presencia del hijo.

Los resultados obtenidos sugieren que la motivación para cuidar al bebé recién nacido, y los rasgos característicos de la maternidad, podrían ser fruto no tanto de una respuesta instintiva como de una reestructuración activa del cerebro materno, explicaron los científicos.