jueves, 31 de octubre de 2013

Breve análisis de los factores de seguridad vs. libertades civiles.
Por Joan Salas

En estos días estamos viviendo una verdadera avalancha de informaciones relacionadas con el macroespionaje que se habría llevado a cabo sistemáticamente, y sobretodo en lo relacionado con nuestras comunicaciones cibernéticas. Creo necesario realizar algunas aclaraciones que, de entrada, no se ofrecen quizás por resultar  a priori obvias ni en los medios de comunicación ni por parte de los oportunos responsables politicos.

Los Servicios Secretos tienen como misión principal la de anticipar en la medida de lo posible todas las amenazas a nuestra sociedad, esto es, al Estado, porqué la primera consideración que cabe realizar aquí es que el Estado como tal somos todos, es la comunidad de todos nosotros. No es por tanto un ente aparte e inapelable, la principal prueba de ello es la participación ciudadana para alterar y/o alternar el rumbo de la política en la medida de lo posible y razonable, mediante las oportunas elecciones cada cuatro años. Por lo tanto los servicios de información realizan en base a esta premisa un trabajo fundamental para la seguridad de todos los cuidadanos que, repito, componemos el Estado.

El trabajo de estos cuerpos, otra obviedad que conviene recordar, es por definición "secreto", y esto quiere decir que no puede ser revelado, no por ilegal si no por secreto justamente, pues cualquier revelación podría poner en grave riesgo la vida de muchas personas. La "escuchas" masivas se circunscriben en este campo. Creo necesario en este punto aclarar también en qué consiste la "escucha" de 60 millones de comunicaciones electrónicas. Nadie en su sano juicio puede creerse que alguien o algunos están con los auriculares puestos escuchando tantos millones de llamadas en solo 30 días, haría falta una cantidad imposible de personal, es fundamental saber que son las máquinas, supercomputadoras concretamente, las que realizan este trabajo, no hay absolutamente nadie al otro lado del teléfono o del PC más que nuestro interlocutor, ahora bien, si en nuestra conversación utilizamos palabras que el sistema tiene programado como valores predeterminados peligrosos, tales como los relacionados con el terrorismo islámico, tráficos de drogas o armas, o conversaciones potencialmente alarmantes, se activa entonces una alerta y esta conversación y las posteriores pasan a ser susceptibles de ser escuchadas, ahora sí, por personal cualificado que evaluará la potencialidad real del riesgo, si es que lo hubiere.

Gracias a esto se han podido evitar actuaciones terroristas, tales como los atentados frustrados contra la línea 4 del metro de Barcelona a su paso por la Plaza de Catalunya, bombas varias en aviones por todo el mundo, descarrilamientos de trenes y un largo etc. de actos contra la seguridad y la vida de todos nosotros, algunos de gran envergadura con la utilización de material radiológico o químico.
Caso a parte serían las escuchas a políticos o al mismísimo Santo Padre, que según parece también se han dado, quizás no se fíen de Merkel y su politica de asuteridad o quieran saber qué tal es este papa, esto se aclarará sin duda en el esfera de la alta política.

Como digo sí echo de menos la explicación de las "obviedades" como digo, porque las creo muy necesarias aquí, por ejemplo, el general José Félix Roldán, jefe del CNI y persona muy capaz, no supo o no pudo explicar ante los medios en qué consistiría su comparecencia ante la Comisión de Secretos Oficiales en el Parlamento a colación de las macroescuchas, pienso que escudarse en el reglamento como hizo no ayuda, preferiría y lo digo con todo el respeto, que las explicaciones hubiesen ofrecido algo tan normal y lógico como una apelación a la sensatez, la seguridad común y quizás acompañada de alguna estadística o dato sobre acciones abortadas (palabra fea donde las haya) en relación al tema que nos ocupa, por supuesto sin ofrecer detalles más que los verdaderamente relevantes.

Que existan los servicios de la Comunidad de Inteligencia debería tranquilizarnos a todos, velan por que nuestras vidas discurran sin sobresaltos, pues nuestro mundo ha derivado en pocos años en un lugar donde cualquier chiflado, henchido de odio religioso, o un grupo de criminales organizados cualquiera pueden destrozar las vidas de mucha gente o romper la convivencia de un país entero. Pensemos esto cada vez que sintamos invadida nuestra intimidad por un ordenador, que no una persona, o creamos en conspiraciones tan dadas en nuestros inciertos tiempos y arraigadas en nuestro modelo de pensamiento.

Para terminar una pequeña reflexión que utilizo en estas conversaciones a modo de broma: Nuestras vidas, por muy interesantes que nos resulten a nosotros mismos, no necesariamente lo sean tanto como para ser espiadas por las computadoras. Lo siento.


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