martes, 7 de enero de 2014

Algunas consideraciones sobre el Ente (II)
Una revisión a Plotino. Por Joan Salas

En ocasiones es necesario volver la vista atrás para recordar como los clásicos ya intuyeron de forma genial lo que hoy nos dice básicamente la física cuántica y por tanto la metafísica actual, entendida aquí cómo ya indiqué, cómo forma moderna o trascendental de física más que cómo filosofía pura.
Plotino (205-270 DC) fue un brillante filósofo romano, su obra más destacada son las Eneádas, unos tratados filosóficos muy influyentes para la cultura de Occidente y la historia de su pensamiento.

Los postulados que nos interesan en este artículo son su conceptos básicos metafísicos, o su visión sobre la existencia metafísica del Ser y de las cosas en general, para este pensador el Ser está compuesto por tres hipóstasis: el Uno, el "nous" y el alma.
El Uno sería la principal hipóstasis, conceptualmente se trataría de la base creadora o Dios, Plotino no era cristiano por lo que sus aportaciones en este sentido son intrínsecamente válidas por cuanto no se sustentan en una u otra fe, si no que vienen avaladas por su propia intuición o percepción del mundo y del Ser en si. Tanto el "nous" como el alma, serían derivadas del Uno, el "nous" representa la mente, el pensamiento del ser, y el alma es básicamente un concepto neoplatónico de la misma, la esencia del ser.

En física y sobretodo en su "teoría campal", el concepto de "campo" (de información pura añado) sería en Plotino el Uno, el "nous" o mente, equivaldría a la conciencia y el alma a la cualidad entitativa del Ser. Las dos últimas dependerían como en Plotino de la primera por cuanto no es posible qué exista nada ajeno al campo de información.

Hemos de realizar en este punto una consideración si no queremos caer en un panteísmo novedoso: el "campo" en sí no es Dios, es donde reside toda la información posible del Universo, por tanto donde también está contenida la "información de Dios" pero repito: sin ser Dios mismo.

San Ambrosio de Milán, en una de sus homilías, parafraseando a San Pablo, nos dice: "Dios creó al hombre a su imagen y semejanza pero no debemos caer en el error de pensar que Dios tiene piernas o brazos como nosotros, si no qué nos creó a imagen suya por cuanto que somos creaciones capaces de amar, de pensar y de actuar como dioses."La información de Dios está en nosotros, pero nosotros no somos Dios, somos como Dios, qué es muy diferente.

Plotino o San Agustín de Hipona, pasando por San Ambrosio entre otros, ofrecieron a nuestro pensamiento las herramientas básicas para formular los postulados que dos mil años más tarde nos han conducido a observar al Universo con los ojos de la mente, la fenomenología del Colapso de Función de Onda, que ya expliqué en anteriores entradas, definen la verdadera naturaleza de la creación y su "libre albedrío". Todo puede darse en la misma, dentro de lo contenido en el "campo de información" que como también indiqué, se encuentran potencialmente "todas" las posibilidades posibles de realización del Ser, aunque no infinitas posibilidades posibles, los imposibles incoherentes no pueden darse, como tampoco pueden darse realizaciones ajenas al "campo" o al "Uno" o a Dios, por ser éste "ipsum esse per se subsistems" esto es: Existente por si mismo.
Resumiendo, el "todo" depende del Uno sin el Uno el "todo" no existe.




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